Dicen que las bicicletas son para el verano y las alcachofas son de invierno. Aparecen en los mercados cuando empieza a hacer frío, diciembre o a finales de noviembre.... duran hasta la primavera. A mí como más me gustan es a la brasa, pero no siempre tenemos una brasa a mano así que la solución es usar el horno... no es igual pero es lo más parecido.
Sobre las clases hay mucho de lo que opinar, a mi me gustan todas, pero las que tienen más garantía de tener poco pelillo en el centro son una clase a la que llaman híbridas, pedidlas siempre que podáis… externamente se diferencian poco…
Preparación
Cortamos las puntas y el rabillo, las dejamos un poco planas por abajo para poder aposentarlas de pie en el horno. Le damos, con la mano cerrada, un golpe encima para que se abran, un pequeño apretón para que se expandan un poco y el calor alcance a la cosa por dentro... las frotamos un poco con medio limon para que no se oxiden tanto mientras las aliñamos y tal...
¿Como aliñamos a “las bichas”? Pues con buen chorrito de aceite OVE y sal Maldon a la que hemos mezclado pimienta molida y romero en polvo.... eso es como a mí me gusta. Nada de tonterías de poner mantequilla, bacon, panceta, queso, etc, todo ello son guarrerías que una buena alcachofa no precisa.
Ponemos a las alcachofas en una bandeja de horno con un dedo de agua, eso lo hacemos para que al hornear no se sequen tanto, y para que el corazón de la alcachofa se cocine mejor. Yo primero pongo la bandeja con el agua en el horno, sin “las bichas” y dejo unos minutos a 220º, cuando veo que el agua ya burbujea o sea que va a hervir, entonces asiento las alcachofas en la bandeja, y vuelvo a meterlas pero esta vez a 180º durante 25-35 minutos, según tamaño y horno... tienen que estar casi churruscaditas por fuera... tal que a la brasa o parecido...